La depresión es otra variable emocional que se puede presentar en el paciente con cáncer, de distintas formas a medida que pasa el tiempo, teniendo en cuenta que los pacientes pueden tener diferentes emociones y maneras de sentirse con respecto al mundo y a la enfermedad; entre las clases de depresión más comunes encontramos:
Depresión reactiva: predomina la pena, la disminución de los movimientos, la vivacidad, la fatiga, el agotamiento, la angustia y los trastornos orgánicos
Depresión involutiva, en la que se presenta ansiedad, inquietud e ideas de culpabilidad.
Depresión melancólica, en la que se pre senta tristeza, ideas de indignación y culpa, quejas, disminución de la actividad por desinterés, impotencia sexual y desórdenes del sistema de vigilia y sueño.
Depresión psiconeurótica; presenta síntomatología de culpabilidad o acusaciones al estímulo que responsa biliza de sus sufrimientos.
En la mayoría de los casos la depresión surge porque el tratamiento del dolor en el paciente con cáncer se constituye muchas veces en un esfuerzo inútil, razón por la cual surge el sentimiento de fracaso, la impotencia y un estado de irritación que influye en la persona y en quienes lo rodean. Finalmente, cuando la persona cree que no puede controlar el dolor cae en una depresión o en un estado de ánimo deprimido que hace perder el sentido de la alegría.
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